Como potenciar el trabajo docente, al desarrollo de las aulas que piensan

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viernes, 29 de octubre de 2010

David Perkins "Aulas que Piensan"

  David Perkins, académico y codirector del Harvard Project Zero (Centro de Investigación para el Desarrollo Cognitivo) del Harvard Graduate School of Education,  se refirió al concepto de “escuela inteligente” como motor del cambio educativo en las escuelas de hoy.
 Tras  una sólida trayectoria académica y numerosas publicaciones, en las que destacan sus provocativas reflexiones en torno a qué enseñar y cómo hacerlo. David Perkins presenta una propuesta simple y clara que apunta a un triple objetivo: retención, interpretación y aplicación de lo aprendido, donde el rol docente y la cultura de aula son puntos clave.
Crear una “cultura donde el pensamiento sea parte del aire”, es para el profesor David Perkins, el principal desafío de la educación de hoy. Para lograrlo, dijo, se requieren “escuelas inteligentes”, que día a día “se mantienen atentas a todo posible progreso en el campo de la enseñanza y del aprendizaje”. A juicio de Perkins dicha escuela debiera tener al menos tres características: estar informada, ser dinámica y ser reflexiva.
Perkins plantea que el conocimiento puede ser considerado un 'diseño', algo así como  una estructura que tiene argumentos y propósitos. La diferencia del concepto tradicional de conocimiento es:  que éste es sólo acumulación de información. El conocimiento como diseño siempre debe ayudarnos a solucionar problemas concretos, en palabras simples, a ser competentes.
A su juicio hay tres metas claves que toda escuela debiera lograr: retención de conocimiento, comprensión del conocimiento y uso activo del  conocimiento. Pero ¿cómo hacer para transformar la cultura del aula en una cultura de pensamiento?
Es una de sus preguntas  clave.
“La enseñanza que tiene como objetivo una cultura del pensamiento, requiere de técnicas que desarrollen la capacidad de pensar, enfoque muy distinto al que  utiliza la educación tradicional que tienen como centro, el contenido de las materias”.
El énfasis, “Debe estar puesto en el proceso de comprensión y en el desarrollo de la comprensión, más que en la acumulación de conocimientos.” En lo que sigue van algunas ideas claves de David Perkins en relación a procesos que considera fundamentales dentro de una 'escuela inteligente'.
Centralidad docente
Respecto al rol del docente, recalca su “centralidad” y “simbolismo” al interior del aula. “Cuando un docente actúa de una manera particular se produce el efecto directo de su acción, pero al mismo, el estilo de actuar da señales sobre la actitud y las expectativas del docente. Su conducta es rica en significación simbólica, crea un clima, una cultura. Es muy importante que el  docente cultive esta conducta simbólica, ya que a través de ella señala los valores de la cultura de pensamiento”.
Profesionalismo reflexivo
'Una escuela inteligente o en vías de serlo, no puede centrarse sólo en el aprendizaje reflexivo de los alumnos sino que debe ser un ámbito informado y dinámico que también proporcione un aprendizaje reflexivo a los maestros'.
Prácticas pedagógicas
Respecto a cómo hacer que los niños y jóvenes de hoy sean capaces de adquirir las habilidades y conocimiento necesarios para desarrollar su pensamiento, Perkins aborda la necesidad de cambios en las prácticas pedagógicas donde, provocadoramente dice, 'no aplicamos nuestros conocimientos':
-En  la escuela de los barrios residenciales, en la escuela del centro de la ciudad, los maestros enseñan  y los alumnos aprenden como hace veinte o cincuenta años. En la era de los discos compactos, las videocaseteras, las comunicaciones vía satélite y los computadores portátiles, la educación permanece apegada a las prácticas tradicionales, dejando de lado la oportunidad de aprovechar las prestaciones que nos brindan las Tics. Por cierto de vez en cuando aparecen programas innovadores, que se destacan dentro del panorama educativo. Hay maestros que se dedican a ensayar alternativas y lo hacen con absoluto fervor. Hay lugares en donde esas iniciativas tienen éxito. Pero la mayoría de esos experimentos no aplican todo lo que sabemos sobre la enseñanza y el aprendizaje y, por tanto, adolecen de ciertas limitaciones. Lo que nos falta, en cantidades colosales, no es el conocimiento sino el uso del conocimiento.

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